martes, 2 de mayo de 2017

NICOLAS Y SUS ESTADOS GENERALES

El llamado a una Asamblea Constituyente por parte de Nicolás Maduro el 01 de mayo de 2017, me recordó la historia de Louis Auguste de France, mejor conocido en la historia como Luis XVI, Rey de Francia, quien viéndose muy complicado por los sucesos desencadenados en su país por los ideales de libertad e igualdad, que la ilustración trajo como una gran novedad a su época, así como por el hambre y penurias que su pueblo sufría, decidió convocar a una Institución Monárquica denominada “Los Estados Generales”, Asamblea que se componía de tres grupos o estamentos que a saber eran: El Clero (primer estado), La Nobleza (segundo estado) y El Pueblo (tercer estado). Estos estamentos se reunían por separado, decidían por votación mayoritaria de sus integrantes y cada uno de ellos aportaba, en definitiva un voto a la decisión final que se debía producir, esto como es de suponer desembocaba en una decisión que favorecía ampliamente a la Monarquía, ya que el Primer y Segundo Estado, se suponían afectos a la Monarquía por los amplios privilegios que esta les garantizaba. Pues bien, Don Louis Auguste de France, en su momento recurrió a la misma solución a la que pretende aferrarse Nicolás en el oscuro momento que vive Venezuela. En efecto, es así como Nicolás cree, al igual que lo hizo Luis, que convocando a un órgano superior, con poder supra estado, podrá terminar con las protestas, acallar los pedidos de: libertad, fin a la dictadura y solicitud de elecciones; además de que de alguna manera le bajara la temperatura a la escases de bienes y servicios, bajo la ilusión de que la solución a todos los males se encuentra al final del Arcoíris (entiéndase Asamblea Constituyente). Esta solución ya le funciono a Hugo Chávez en el año 1999 y Nicolás pretende hacerla valer nuevamente, como suerte de formula política que puede conjurar todos los males que se le vienen encima. A Don Luis Auguste de France, le fue muy mal con su solución, ya que el descontento era transversal en la sociedad francesa de la época y al pretender aplicar el mecanismo de estamentos que se reunían en forma separada, se consiguió con la oposición de buena parte del Primer y Segundo Estado, quienes al final accedieron a conformar una asamblea única junto con el Tercer Estado y además a que se votara en forma personal y no por estamento, con lo que ya de entrada el número de votos del Tercer Estado sobrepasaba ampliamente a los representantes de los otros dos. Cuando Don Luis se dio cuenta de su error, pretendió disolver por la fuerza la Asamblea y lo que sucedió después es historia, incluido su trágico final en el aparato denominado Guillotina, aun y cuando la historia nos cuenta que su verdadero inventos no fue el médico Joseph Ignace Guillotin, Diputado de la Asamblea Nacional Francesa (Organo en que se transformo la Asamblea de los Estados Generales por decisión de ese mismo cuerpo), quien la sugirió a la Asamblea y la popularizó como un medio “Humanitario” de ejecución. Pero volviendo al caso venezolano, la idea de convocar a una Asamblea Constituyente por parte de Nicolás, tiene su fundamento en la misma constitución de 1999 que establece: “Artículo 348. La iniciativa de convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente podrán tomarla el Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; la Asamblea Nacional, mediante acuerdo de la dos terceras partes de sus integrantes; los Consejos Municipales en cabildo, mediante el voto de las dos terceras partes de los mismos; o el quince por ciento de los electores inscritos y electoras inscritas en el registro civil y electoral.(el subrayado es propio). Ahora bien, si leemos con calma ese artículo 348 y los artículos 5 y 347 de la misma Constitución, entendemos que la soberanía reside en el pueblo, que la convocatoria a una Asamblea Constituyente es una potestad que solo corresponde a los ciudadanos y que Nicolás, como Presidente y en Consejo de Ministros, solo puede convocar un Referéndum, para que a través del voto popular, se decida si se convoca o no una Asamblea Constituyente. Pero, ¿qué es lo que pretende realmente Nicolás con este anuncio y esta iniciativa?; la respuesta a esta interrogante se puede dar desde dos visiones diferentes, la Jurídica y la Política. La respuesta Jurídica, está bastante clara, al ser Nicolás el que presente la iniciativa para la consulta de convocatoria, va a definir en esta consulta los siguientes puntos: 1) La conformación de la Asamblea, es decir, los miembros designados y los elegidos, según el mismo lo manifestó. Esto sería contrario a lo establecido en los artículos 5 y 347 constitucionales, ya que todos los constituyentitas deberían ser electos por votación popular, pero como es evidente será validado sin rubor alguno tanto por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, como por el Consejo Nacional Electoral. 2) Las materias a ser tratadas, limitándose de esa manera las potestades de la Asamblea dentro de los parámetros que Nicolás desea y necesita, de allí que no se pueda tratar por ningún motivo su salida del gobierno. 3) El plazo que duraran las deliberaciones de la Asamblea, lo que a su vez generara una limitación a la convocatoria de nuevas elecciones regionales o nacionales hasta que sus deliberaciones finalicen y su propuesta constitucional sea votada en referéndum de aprobación de la nueva constitución. Mientras que en el ámbito político Nicolás busca: 1) Cortar de raíz las protestas populares, bajo la justificación de que todo debe encausarse a través de la Asamblea Constituyente a ser convocada. 2) Las modificaciones a introducirse en la nueva Constitución serian para transformar a Venezuela en un Estado Socialista, eliminando todo aquello que lo impide o limita; así entonces deben eliminarse las Gobernaciones e introducirse los Gobiernos Comunales; debe Municipalizarse el país de manera que se atomicen los liderazgos; debe eliminarse o limitarse férreamente la existencia de partidos políticos diferentes del PSUV, entre otros. 3) La oposición queda enjaulada en la propuesta constituyente lo que le impide, legítimamente, llamar a protestas o cualquier tipo de manifestación contra el gobierno. 4) En relación con la conformación de la Asamblea Constituyente, en lo político, Nicolás plantea una formula realmente tramposa, ya que el 50% de sus integrantes, según él quiere, serian designados y representarían a una serie de “Organizaciones Populares” por él escogidas, a eso se refiere con “Representación Sectorizada”, con lo que de entrada el 50% de los integrantes de la Asamblea serian afectos al Chavismo y el otro 50% de elección popular por vía del voto, con lo que si se repitieran los resultados del 2015, la proporción seria de un 70% de opositores y un 30% de Chavistas. El resultado final se esa fórmula seria 175 diputados o asambleístas de oposición contra 325 del PSUV; conclusión, el PSUV tendría casi las 2/3 partes de los Asambleístas frente a cerca de 1/3 parte en manos de los opositores al gobierno. Por cierto que esto fue lo que me recordó la historia de Don Luis, ya que Nicolás pretende manejar la Asamblea y lograr sus fines políticos, bajo la misma lógica de dominio manejo previo del voto total de los Asambleístas, es decir, pretende ir con ventaja y sabiendo que tiene una amplia mayoría que apruebe todas sus propuestas. 5) Por si todo lo anterior no fuere suficiente, durante el plazo de deliberaciones y hasta que no se someta a referéndum la nueva Constitución no se realizaran nuevas elecciones, con lo que el Chavismo se asegura de no perder terreno y mantener los núcleos de poder hasta que llegue la Constitución Socialista. 6) Para finalizar, a la fecha no se han re-legitimado, re-inscrito o legalizado los Partidos Políticos, con lo que solo estaría habilitados para participar en un proceso de elección de Constituyentitas o para promover el SI o el NO a la propuesta de convocatoria, el PSUV y algunos partidos pro Gobierno, evidentemente a la MUD no la van a permitir participar como Partido Político Para finalizar, es necesario dejar claro que los dirigentes opositores, son en parte responsables de esta nefasta iniciativa de Nicolás, ya que tienen varios años llamando al diablo y por fin se les apareció. Como no recordar que hace pocos días, cuando Nicolás sugirió por primera vez la idea de Constituyente, el Diputado Ramos Allup, muy soberbio, le contesto que le tomaba la palabra, que la convocara, pues bien, la convoco y no bajo los términos que la oposición quiere, sin que pueda la oposición plantear nada en relación a las bases de dicha Constituyente y mejor aun sin saber siquiera si van a poder participar como constituyentitas.