miércoles, 2 de diciembre de 2015

EL 6 DE DICIEMBRE, UN HITO IRREAL

Muchos venezolanos aguardan el 6 de diciembre con la esperanza grabada en el alma; tienen la idea clara de que, votando ese día, van a cambiar en forma inmediata y pacifica su destino. Su visión adolece de un error fundamental, ven solo lo que quieren ver y no el contexto que incluye al otro actor. La batalla política tiene como centro, en este caso, el control del Poder Legislativo y a través de él, la imposición de un freno y mecanismos de control a un Gobierno Autoritario cuyo fin específico es perpetuar a su tendencia política en el control del Estado Venezolano. El objetivo entonces es, lograr el control a través del voto del organismo legislativo y para ello la oposición realiza un gran esfuerzo. Coloca como expectativa en el público votante, que una vez logrado el triunfo electoral y por vía legislativa, podrá imponer a los otros poderes una serie de situaciones tales como la liberación de los presos políticos, frenar el abuso en el uso de bienes públicos por parte de una parcialidad política y el equilibrio de los poderes, con el nombramiento de nuevas autoridades neutrales y no militantes del oficialista PSUV. Ahora bien, esta “batalla” electoral, se presenta, en mi criterio, bajo la idea de tres posibles finales o escenarios, con consecuencias diferentes y caminos de futuro distintos para cada uno de ellos. De esos escenarios, es de lo que voy a comentar de seguido: El primer escenario, es uno muy posible y triste para el país, este se produce en caso de que la Asamblea Nacional sea dominada por el Oficialismo a través del uso de trampas o artificios electorales, negándole así un posible triunfo a la oposición y con el agregado de que la oposición no realice ningún acto para lograr el respeto del resultado electoral. Sería algo parecido a lo sucedido en la anterior elección presidencial y también en las parlamentarias anteriores. Las consecuencias de este escenario serian claras: 1) La radicalización del modelo autocrático chavista; 2) la fractura irremediable de la oposición, con la consecuente radicalización del sector más extremo de esa oposición y 3) Una crisis social y económica cuyas consecuencias son difíciles de medir en este momento. Un segundo escenario sería el de una victoria aplastante de la oposición, que por su contundencia le sea imposible de esconder o alterar al CNE. En este caso se abrirían dos posibles desenlaces: 1) El Ejecutivo no reconoce tal triunfo y se decide a actuar en forma abierta como un gobierno dictatorial, es un escenario posible pero poco probable, ya que saben las consecuencias internacionales que esto tendría. De darse tal hipótesis el Chavismo no podría mantenerse en el poder más allá de algunos meses. Muy sinceramente creo que es una hipótesis muy poco probable. 2) La segunda vertiente de este escenario es la hipótesis de que el ejecutivo reconozca el triunfo de la oposición y acepte un resultado adverso, en tal eventualidad las consecuencias serían: a) antes del 31 de diciembre de 2015 la Asamblea Nacional le estaría acordando una habilitante a Maduro con las más amplias facultades, permitiéndole así gobernar por decreto los próximos 18 meses; b) cualquier ley que apruebe la Asamblea Nacional y que resulte incomoda o contraria a los intereses del Chavismo será anulada por vía judicial o mediante decretos ley del ejecutivo; c) El Chavismo precedería a encarcelar o comprar cuantos diputados le sean necesarios dentro de los dos próximos años, así cambiaría la mayoría en la asamblea nacional por una vía diferente a la electoral Un tercer escenario estaría conformado por la hipótesis de que la oposición sea objeto de trampas durante la elección y que se reúse a aceptar un resultado basado en las trampas del CNE, con lo que se generaría una situación de desconocimiento del resultado por los opositores y un conflicto de calle de gran magnitud. Este escenario es prácticamente imposible, ya que con los antecedentes de los últimos procesos electorales, está claro que la coalición opositora no llamara a desconocer el resultado ni intentara acciones de calle. Esto nos llevaría a las consecuencias enumeradas en el primer escenario. Sé que algunas personas consideraran este comentario como una muy pesimista visión de la elección legislativa, pero la verdad es que no es pesimismo, es realismo. Los escenarios históricos, hasta la fecha, señalan como puede ser cada uno de las situaciones que se deriven del 6 de diciembre de 2015. De ganar la elección la oposición por un margen bastante abultado, arrollador, este puede ser el primer paso para un cambio en el escenario político, de lo contrario solo será un clavo más en el ataúd de un país llamado Venezuela. Conclusión final, lo único que puede ayudar a Venezuela es que la oposición salga a votar en masa y que su triunfo sea tan amplio que logre generar una verdadera ruptura en la estructura chavista.

sábado, 14 de marzo de 2015

EL INCENDIO DEL REICHSTAG (O DE LA ASAMBLEA NACIONAL VENEZOLANA)

El incendio del Reichstag es un episodio de la historia Alemana, sucedido en febrero de 1933 y cuyo efecto en la población alemana, alentada por el gobierno, genero un sentimiento anti-comunista y de unión nacional, que permitió a Hitler gobernar por decreto sin prácticamente ninguna oposición, llevando a la Alemania Nazi a la Segunda Guerra Mundial y a todos los efectos que se desprendieron de ella, incluidos los campos de concentración y la “solución final”, conocida también como el genocidio. Ahora bien ¿Por qué menciono ese evento tan lejano?, por una razón simple, siempre se ha dicho que Hitler necesitaba una excusa para poder asumir poderes especiales, gobernar por decreto y convertirse en dictador en forma legal y es ese evento el que le permite todo lo deseado. Si como algunos historiadores dicen, realmente fue Marinus Van Der Lubbe, quien inicio el incendio o si como otros mencionan, fue el mismo Hitler quien mando a quemar el Edificio del Parlamento Alemán, ya poco importa, la verdad es que sus consecuencias sobrepasan cualquier consideración al respecto, ya que el hecho cierto del incendio, le dio a Hitler la excusa que necesitaba para adueñarse del poder. Ya nosotros en Venezuela Sufrimos nuestros propio incendio del Reichstag, el Gobierno Norte Americano declara a Venezuela Peligrosa para su seguridad interna y sus intereses internacionales y así Maduro logra la excusa que necesitaba. Ahora, al igual que Hitler, Maduro pide le otorguen poderes especiales para poder Gobernar por Decreto y así “Enfrentar la Amenaza”, que no es otra que sus propios connacionales que le adversan y le critican. Al igual que Hitler, Maduro decretara la ilegalidad de partidos, acomodara las elecciones a sus necesidades y más aún, declarar traidor o espía a cualquier opositor que se atreva a declarar contra él o que indique cualquier acto del gobierno contrario a la constitución, en términos simples todo el que no esté con el Gobierno es traidor a la patria, por tanto sujeto a las sanciones que en los decretos de Maduro se determinen. Para aquellos que no logran entender, les explico, Maduro no quiere decretar la emergencia y suspender las garantías, no, eso generaría un control parlamentario de sus actos, pero peor, generaría un control internacional previsto en la Carta Democrática de la OEA, con lo que se vería obligado a permitir el ingreso de comisiones internacionales que vigilaran los derechos humanos. Y como entenderán, eso no le conviene, por ello, su intención es lograr el mismo fin pero por una retorcida vía. Si, con una Ley Habilitante que le permita modificar y crear normas relativas a la seguridad, libertad personal, libertad de asociación, libre tránsito, libertad de comercio, libre expresión, limitándolas de forma similar a una suspensión de garantías, Maduro tendrá lo que necesita para Gobernar por Decreto, sin tener que pasar por el control legislativo y sin que se activen los mecanismos de control externos de la OEA, pasaría a ser una dictadura perfecta, ya que sería Legal y de Poder Absoluto. Ahora la pregunta más importante, ¿es esto constitucionalmente valido?, la respuesta es un seco y rotundo NO, pero quien lo va a declarar, ¿la mayoría Chavista de la Asamblea Nacional?, obviamente que no, ellos aplaudirán cada medida y la justificaran, ¿la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia?, evidentemente que tampoco, ellos buscaran validar por vía de sentencia cualquier acto contrario a la constitución, justificándolo, como han hecho en otros casos en una lectura entre líneas que surge de los fines políticos de la Constitución y del Pensamiento Chavista; ¿serán entonces los opositores quienes alerten sobre esa inconstitucionalidad?, está claro que tampoco ellos podrán, porque aquel de ellos que ose insinuar la actitud dictatorial o la violación de derechos humanos o la inconstitucionalidad de los actos, terminara preso, por traidor Como comentario final podemos decir que sabemos cómo termino Hitler, pero ¿Cómo terminara Maduro?, eso está por verse.

lunes, 2 de marzo de 2015

DE “LA ROTUNDA” A “RAMO VERDE”, PASANDO POR “GUASINA”

Muchos son los venezolanos que han pisado la cárcel, por razones políticas, muchos los que murieron en esas cárceles, por razones ideológicas, pero quizás su recuerdo sigue siendo poco cercano a los venezolanos de hoy por la bruma que sobre la historia patria se ha generado por el Gobierno en los últimos 15 años. Unas bruma que distorsiona los sucesos de nuestro país desde su nacimiento, donde las figuras como Páez, pasan a ser detestables traidores, donde los juzgados y sentenciados por traición, como el General Piar, pasan a ser héroes indiscutidos; un país donde los que lucharon por la democracia en las años 50 son viles y rastreros oportunistas que obraron contra el General Pérez Jiménez y los Cubanos que nos invadieron por Machurucuto son héroes condecorados. ES LA ANTI-HISTORIA CONVERTIDA EN LA “HISTORIA OFICIAL”. En todo caso, la idea es hablar de las cárceles venezolanas, que fueron y son utilizadas como parte del arsenal de los gobiernos autoritarios para enfrentar a aquellos que quieren por vía democrática o por vía violenta adversarles. Queda aquí excluida, una solución que estos gobiernos autoritarios utilizaron y que fue y es condenada dentro y fuera de Venezuela y que no es otra que la eliminación física de sus adversarios. Quizás sea conveniente comenzar por el inicio de la Republica y decir que el primer preso político conocido fue Don Francisco de Miranda, quien por oponerse al gobierno de la época termino sus días en El Penal de las Cuatro Torres (Penal de la Carraca), en Cádiz España. Ese es quizás el inicio de los encarcelamientos, torturas, expulsiones del país y asesinatos que por razones políticas se han dado en los últimos 200 años en este País llamado Venezuela. A los puristas de la Historia les digo que Gual y España, así como otros “Precursores” murieron o fueron encarcelados antes del advenimiento de la independencia, por ello no los considero como parte de este relato, ya que su prisión o muerte es anterior a la existencia de la República de Venezuela. Mi intención es circunscribirme al siglo XX y más concretamente a la época histórica que comienza en 1908 con la llegada al poder del General Juan Vicente Gómez; es por esto que lo ocurrido entre 1810 y 1908, lo dejaremos para otra oportunidad y nos centraremos en el periodo histórico que va desde Gómez y hasta Maduro (1908 a 2015). El ciclo Gomecista inicia en 1908 en Venezuela y es quizás una de las etapas políticas más duras del país; Gómez es el último caudillo venezolano que viene del siglo XIX y que tiene como misión traer al país la “Unión, Paz y Trabajo”; la unión se logró con un férreo control sobre el total del estamento político y junto con esto se logró la Paz que se alcanzó con los sepulcros (muerte de los adversarios políticos) y el encarcelamiento de los disidentes (la Rotunda y el Castillo Libertador junto con los grilletes de hierro), junto con esto la expulsión del territorio nacional de muchos de esos adversarios políticos; por último el Trabajo, único verdadero logro de la llamada “Hegemonía Andina”. Algunos me dirán que el país tenía paz y seguridad en esa época, es incuestionable tal aseveración, pero lo que sí es cuestionable es el método utilizado para alcanzar tal cometido. Gómez se convierte en el gran pacificador y unificador, toma una Venezuela dividida y atomizada por caudillos y la convierte en un país unificado bajo un solo mando. Crea un ejército profesional único y además sanea las finanzas públicas. Junto con ello nace en el imaginario venezolano la leyenda de las cárceles Gomecistas, su brutalidad y por sobre todo su eficacia para cortar cualquier intento de desestabilizar al “Gobierno Constitucionalmente Designado”. Si, la Constitución de la época al igual que la actual legitimaba el ejercicio del Gobierno en función del cumplimiento de una serie de formalidades, sin tomar en cuenta si la legitimidad de origen se traducía en una legitimidad de ejercicio y más aun sin tomar en cuenta que cualquiera que se opusiera a los designios de Gómez seria habitante permanente de alguna de sus prisiones, sin importar en aquella época la violación de los “derechos humanos”, ya que tal concepto jurídico era desconocido para casi la totalidad del planeta. Pero mejor iremos al grano, ¿Quiénes fueron los inquilinos más ilustres de La Rotunda y del Castillo Libertador?, la respuesta la dará cualquier persona que algo conozca de la historia patria, ya que recordaran la famosa “generación del 28”, entre cuyos celebres integrantes estaban, los para entonces estudiantes, Rómulo Betancourt, Javito Villalba, Raúl Leoni, Gustavo Machado, José Pio Tamayo y Germán Suárez Flamerich. De ellos, tres fueron Presidentes de Venezuela, Betancourt en 1945 y 1959, Suarez Flamerich en 1950 (a la muerte del General Carlos Delgado Chalboud, aun y cuando siempre se dijo que fue meramente un títere de Pérez Jiménez) y Leoni en 1963; Pio Tamayo y Gustavo Machado optaran por la vertiente comunista, muriendo el primero de ellos a temprana edad, en 1935 (a los 35 años) y el segundo convirtiéndose en el eterno líder del PCV, partido que dirigió hasta su muerte, sin lograr convertirlo en una fuerza determínate en la política venezolana. Por cierto, las cárceles de Gómez, no las únicas pero si las más famosas, eran “La Rotunda” y “el Castillo Libertador”, sin desmerecer a “La Isla del Burro”, a la que no me referiré en este escrito. Las primera de ellas era un penal construido a mediados del siglo XIX, inaugurada por José Gregorio Monagas y destruida o demolida por el General Eleazar López Contreras (sucesor de Gómez), su fama de prisión temible derivo del uso de grilletes metálicos, las torturas y los mecanismos que se utilizaban para asesinar a los presos políticos, tales como el uso de veneno, el vidrio molido en las bebidas o incluso la tortura extrema. La otra cárcel famosa que mencione, el llamado “Castillo Libertador” o como originalmente fue denominado: “Castillo San Felipe”, fue construido por los Españoles entre 1732 y 1741; fue la última “residencia” en suelo patrio del primer preso político, Don Francisco de Miranda y durante la dictadura Gomecista “residencia” de los ilustres: Rómulo Betancourt, Andrés Eloy Blanco o José Rafal Pocaterra (entre otros), así como de unos cuantos “Generales” auto designados como: Juan Pablo Peñaloza, José Manuel “El Mocho” Hernández y otros más que se “alzaban” contra Gómez de vez en cuando y que este encarcelaba y luego expulsaba de Venezuela. En una suerte de “ética” Gomecista, estos “Militares de Montonera” eran tratados con cierto respeto, sin que se atentara contra sus vidas, caso distinto de lo que sucedía con los políticos presos, que eran blanco de tota clase de torturas y como ya dijimos de la práctica de los grilletes, el veneno y el vidrio molido. Esta cárcel fue “cerrada” en 1936 y en un simbólico acto se arrojaron al mar los grilletes que apresaros los tobillos de los presos, acto en el que Andrés Eloy Blanco dijo: "Hemos echado al mar los grillos de los pies. Ahora vayamos a las escuelas a quitarle a nuestro pueblo los grillos de la cabeza, porque la ignorancia es el camino de la tiranía. Hemos echado al mar los grillos. Y maldito el hombre que intente fabricarlos de nuevo y poner una argolla en la carne de un hijo de Venezuela". Entre 1936 y 1948 se dice que las cárceles políticas desaparecieron, por ello, algunas que luego serán famosas como “Guasina”, no son mencionadas como depósito de oponentes políticos. Hago esta mención, ya que algunos puristas me van a increpar que Guasina fue primero campo de concentración de prisioneros de guerra, luego campo de concentración de inmigrantes ilegales y por último, ya a mediados del Siglo XX fue que se convirtió en Cárcel Política. Si todo eso es verdad y como su historia entre 1939 y 1949 no es objeto de estas líneas nos circunscribiremos a lo ocurrido allí y en otras cárceles entre 1948 y 1958. Al igual que Gómez, Pérez Jiménez (1953-1958) tiene detractores y seguidores. Para los últimos, los denominados Peresjimetistas, Marcos Evangelista Pérez Jiménez es el gran constructor, el hombre de las grandes obras, el hombre que moderniza la Venezuela Gomecista y la convierte en la Venezuela pujante y de progreso que se encamina hacia el desarrollo. Igualmente estos seguidores admiran su seguridad ciudadana, “Se Podía Dormir Con Las Puertas Abiertas”, es la frase preferida de quienes le admiran. ¿Cuáles fueron las cárceles de la dictadura de 1948 a 1958?, la respuesta es simple, todas las que había en Venezuela, aunque particularmente se hizo famosa “Guasina”, no existe una historia “pacifica” al respecto, ya que algunos dicen que esta fue cerrada antes de 1953 y otros la confunden con las “colonias Móviles de El Dorado”. Lo cierto es que para la dictadura de 1948 a 1958 la cárcel era del todo “Democratica”, ya que convivían presos políticos con presos comunes sin distinción, se torturaba “democráticamente” a todos y las muertes eran más frecuentes que los encarcelamientos, por lo que “los enfrentamientos” entre la Policía Política y los “Enemigos del Orden del Estado”, eran frecuentes y el resultado recurrente con la muerte de los “Criminales” a manos de los Policías. En este periodo las torturas, muertes y desapariciones son frecuentes, con lo que tener el “privilegio” de ir a la cárcel evita el destino final de la muerte, no así el de la tortura, que como antes menciones era de uso “general y democrático”. Pérez Jiménez, Pedro Estrada y la Seguridad Nacional, conforman una trilogía que en la memoria popular del venezolano se recuerda como una trilogía de tortura represión y muerte, pero no tanto de cárcel como la gomecista. Luego del 23 de enero de 1958, las cárceles vuelven a ser, por poco tiempo morada solo de delincuentes, hasta que comienza la rebelión armada comunista contra los Gobiernos Constitucionales de Betancourt y Leoni, momento en el que las cárceles retoman sus función de recibir a los opositores políticos, esta vez violentos y alzados en armas. Capítulo aparte merece y tiene la prisión de los alzados contra el gobierno en el denominado Golpe de Castro León, cuyos implicados terminaron en cárceles comunes antes de terminar indultados o sobreseídos. Pero como dije, estos gobiernos enfrentan una rebelión armada de corte marxista y toman medidas en relación a ello, haciendo uso de las cárceles disponibles, como el cuartel San Carlos, la Isla del Burro, las colonias móviles del Dorado, entre otras. De estas la más famosa es el cuartel San Carlos, edificación colonial, que se construyó como resguardo de la ciudad de Caracas contra posibles invasiones desde el mar caribe, ya que esta era la puerta de entrada natural a la ciudad desde la costa caribeña. Su uso como cárcel no está muy claro en la historia y aun y cuando se plantea que fue una cárcel militar, se le conoce más por el uso de ella como cárcel política desde finales de los años 60, los gobiernos de esa época enfrentaban la rebelión Marxista y las luchas armadas “revolucionarias”, con ello a los que cometían actos contrarios al orden de la nación se les juzgaba y encarcelaba. Estos “revolucionarios” alegaban su estatus de prisioneros políticos y los gobiernos de turno los denominaban “delincuentes comunes”, pero los confinaba en cárceles militares, como el ya mencionado Cuartel San Carlos. De este periodo “de la lucha armada”, todavía viven algunos de sus más famosos ocupantes, como Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez, quienes protagonizaron la muy famosa fuga del cuartes San Carlos a través de un túnel que fue cavado desde una casa vecina al cuartel. También es un dato particular que muchos de los encarcelados en el Cuartel San Carlos en esa época, hoy sean férreos y encarnizados opositores del gobierno que se dice Socialista, primero de Chávez y ahora de Maduro. Esta cárcel militar funciono hasta 1988, fecha en la que el último de sus inquilinos famosos Gabriel Puerta Aponte fue indultado, pero no significo su cierre definitivo, ya que luego del intento de golpe de 1992, fue activada nuevamente para confinar allí a los Golpistas, entre ellos Hugo Chávez. Pero ya para 1994 fue nuevamente desocupada y definitivamente convertida en monumento histórico. Mucho se habla de tortura y las desapariciones especialmente en el periodo 1959 a 1983, sin que se pueda comprobar que los casos que se han documentado (que son pocos), obedezcan a políticas de Estado. Ahora bien, en general, desde 1959 y hasta 1999, la represión política solo se presentó en el caso de la “lucha armada”, los sucesivos gobiernos no utilizaron el encarcelamiento o la represión como mecanismo para amedrentar o sacar de juego a sus adversarios políticos. A partir de 1999 esto cambia y con el advenimiento de la Revolución Bolivariana, se establecieron otros mecanismos de represión al adversario político, no era en principio la cárcel, era el Apartheid laboral, que surgía de las listas Tascon y Maisanta y que se aplicaba rigurosamente en todos los entes públicos, así como en las empresas que contrataban con el Estado. Igualmente a partir de 2002-2003 surgen los primeros casos de encarcelamientos políticos y parten con el caso de Ivan Simonovis, Henry Vivas, Lazaro Forero y otro funcionarios de la Policía Metropolitana, a quienes condenaron en procesos judiciales dudosos por delitos que se supone cometieron otros, ya que se les inculpo como cómplices necesarios, pero nunca se dijo quiénes eran los autores materiales. Son estos pues los primeros presos políticos y su cárcel es la sede de la policía política SEBIN, ubicada en el Elicoide, sitio que no es en si una cárcel, es un cuartel policial. Luego de esto, Hugo Chávez amplía su represión, deteniendo y sometiendo a juicio a todos los que osen protestar contra él, se aplican cargos como “bloqueo y obstrucción de vías públicas”, en algunos casos rebelión y cualquier otro delito que se pueda imputar, sin que se llegue al extremo de encarcelar a todos los detenidos, solo selectivamente algunos van a la cárcel y aquí, se determinan diversas cárceles como sitios de reclusión, enviando algunos de estos presos a cárceles comunes para amedrentarlos ya que las cárceles comunes venezolanas son de las más violentas del continente. Otros son llevados al SEBIN y por último y cuando ya se arrecia la represión y esta llega a los líderes de la oposición se hace uso de la Prisión Militar de Ramo Verde. Por Cierto, a los que son detenidos y no encarcelados, se les conceden medidas cautelares sustitutivas, que les permiten seguir en libertad, pero les limita sus derechos civiles al prohibirles hacer declaraciones políticas o manifestar nuevamente, bajo amenaza de la revocatoria de su medida sustitutiva y por tanto su encarcelamiento. Ahora bien, esta prisión ya estaba en uso como medio de castigo político, solo que sus primeros prisioneros eran militares en retiro, por lo que no parecía raro que se les llevara a una prisión militar. Casos como el del General Francisco Usón Ramírez (condenado por dar una opinión técnica en un programa de televisión) o del General Raúl Baduel, enjuiciado y condenado por supuesto peculado, luego de decir que el comunismo no era el camino para Venezuela, fueron los que dieron a conocer esta cárcel Militar de Ramo Verde. Oficialmente esta prisión se llama: “Centro Nacional de Procesados Militares de Ramo Verde”; y como su nombre lo indica, es una prisión militar, cuyo régimen y disciplina es propio de las Fuerzas Armadas, no es una cárcel civil ni para civiles. Ramo Verde es el final de esta historia, ya que desde que se convirtió en centro de reclusión de civiles que adversan al gobierno, el primero de ellos Carlos Ortega, quien escapo, paso a ser la “Cárcel Política” del Socialismo del Siglo XXI, del Chavismo y evidentemente la primera cárcel política del siglo XXI venezolano. Allí permanecen detenidos varios de los líderes relevantes de la oposición como son Leopoldo López, Daniel Ceballos o Antonio Ledesma, también ya pasaron por allí otros líderes de oposición que, “cumplida” la pena, fueron liberados. La pregunta es: ¿Qué ha cambiado desde la época de la Rotunda hasta el siglo XXI y la Cárcel de Ramo Verde?, la respuesta es simple y a la vez compleja, ya que se puede medir solo por la forma de encarcelamiento o se puede comentar sobre los sofisticados métodos que se usan en la actualidad para agredir a los opositores políticos. Como dije, una respuesta simple es que el medio a través del cual se decide el encarcelamiento es diferente, tanto en la época Gomecista como en la Peresjimienista, el encarcelamiento o la liberación las decidía el Dictador, mientras que en la actualidad se recurre a un aparato judicial, que en total sumisión al ejecutivo, ordena detenciones, encarcelamientos, juzgamientos y condenas, con pruebas vagas o sobre delitos inexistentes todo con el fin de “legalizar” y justificar el encarcelamiento de los opositores que, como en otras épocas, se hacen incomodos para el gobierno autoritario de turno.