martes, 23 de abril de 2013

La Alternabilidad o Alternancia en el poder, una necesidad de la Democracia.

Hace tiempo que inicie un trabajo sobre este tema de la Alternabilidad como elemento esencial de la Democracia, aun no lo termino, pero quiero compartir este fragmento(parte de lo ya escrito), con todo aquel que quiera leerlo y reflexionarlo, pensar sobre su validez y sobre todo aplicarlo a los momentos que hoy vive nuestro Continente Latino-Americano. Algún día, si Dios lo quiere así, publicare el resto del trabajo, por el momento este fragmento sera suficiente -.CONCEPTO DE ALTERNABILIDAD (ALTERNANCIA): Quizás el primer problema sea definir la alternabilidad, ya que aún y cuando es un vocablo de uso común y uno de los elementos que aparece en las principales constituciones del planeta, como constitutivo del valor democrático de las sociedades, su definición no se hace en dichos textos ni se manifiesta explícitamente en muchas de estas normas constitucionales; desde el punto de vista técnico no está claramente expresado en la doctrina moderna y no es fácil de estructurar a la luz de los supuestos históricos sobre el tema; algunos ejemplos constitucionales al respecto serian: art. 25 Constitución Chilena de 1980, modificada en 1994: “…El Presidente de la República durará en el ejercicio de sus funciones por el término de cuatro años y no podrá ser reelegido para el período siguiente...”; art. 81.3 Constitución de la Federación Rusa: “…Una misma persona no puede cumplir más de dos mandatos presidenciales seguidos...”; Artículo 83 de la Constitución Federal de México “El Presidente entrara a ejercer su encargo el 1o. de diciembre y durara en el seis años. El ciudadano que haya desempeñado el cargo de Presidente de la Republica, electo popularmente, o con el carácter de interino, provisional o sustituto, en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a desempeñar ese puesto.”; Artículo 6. De la Constitución Venezolana de 1999 “El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables.”; estos entre muchos otros ejemplos. El término en principio no aparece dentro de los aceptados por la Real Academia de la Lengua, que si bien tiene definiciones etimológicas para alternancia, no lo tiene para alternabilidad, con lo que desde allí podemos comenzar con la polémica. Para la Real Academia alternancia es: “En política, cambio de gobierno” (http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=ALTERNANCIA) En todo caso, si no nos es posible en principio establecer etimológicamente el significado del término, si podemos asegurar que la idea de que los gobiernos sean alternativos, es uno de los fundamentos que se ha planteado luego del surgimiento de las constituciones modernas que tiene sus origen en las dos grandes revoluciones del siglo 18, la Revolución Independentista Norte Americana, cuna del sistema presidencialista y la Revolución Francesa, cuna del principio de legalidad administrativa, del parlamentarismo y de otras tantas innovaciones en el mundo jurídico, Constitucional y de la estructura de la Administración Pública, esta ultima más aun cuando sabemos que se produjo como una reacción contra la monarquía absoluta, aun que como también sabemos desemboco en otra monarquía, con mayores limitaciones, pero monarquía al fin y al cavo. Hasta el inicio de estas dos revoluciones, los gobiernos del planeta tenias un corte monárquico hereditario, formula hegemónica que preveía solo el cambio de autoridades o de personas en el ejercicio del poder por vía de la muerte o de la guerra, es decir, solo se sustituía al Rey o Monarca por otro Rey o Monarca, mediando para ello su muerte y de allí la famosa frase “… a muerto el Rey, que viva el Rey…”, en alusión directa al Rey fallecido y a quien le sustituía en forma inmediata y hereditaria. Esta fórmula podía sufrir alguna distorsión cuando el sucesor no estaba definido por alguna circunstancia, caso de que el Rey dejara varios herederos que se creyeran con derecho al trono o que no dejara ningún heredero, lo que abría casi siempre una pugna por ascender al trono entre los posibles sucesores, en fin siempre las intrigas palaciegas, los intereses de la corte y el poder de las armas resolvía el problema sin consultar para nada al pueblo. La salida del Monarca también podía darse por otra vía y sin que necesariamente muriera, cuando era derrocado o destronado por otro que ocupara su lugar, en este caso tampoco se podía ver la acción como un mecanismo de cambio verdadero, ya que el sistema se mantenía intacto, el nuevo monarca asumía los poderes y muy posiblemente los vicios de su antecesor y las reales posibilidades de cambio en el gobierno solo dependían de la voluntad absoluta y caprichosa del nuevo Rey. Como Ejemplo de esto tendríamos en derrocamiento de Carlos III, Rey de España, por su hijo que asume el trono como Fernando VII y que a su vez es depuesto por José I (hermano de Napoleón Bonaparte), para luego regresar al trono a la caída del Imperio Napoleónico. Este episodio de la Monarquía Española, tiene como elemento interesante a su vez, el ser utilizado como excusa por los independentistas Latinoamericanos, quienes en el papel inician su separación del gobierno monárquico español por negarse a reconocer como Rey a José I. La Revolución Francesa, es un hito en el cambio constitucional, pero como algo curioso, no se inicio con la intención de sustituir al Rey, la Asamblea del Pueblo Francés solo quería limitar su poder, al estilo de lo sucedido en Inglaterra en 1215 cuando los Barones del reino obligaron al Rey Juan Sin Tierras a limitar su poder y ceder parte de este a los nobles, quienes en consejo o mejor como Parlamento, controlaban e impedían ciertos abusos del monarca; para algunos autores esa fue la primera manifestación de los que hoy día conocemos como Monarquías Parlamentarias; es claro que esto no fue una formula pacifica y reiterada en el tiempo, paso por grandes altibajos, entre ellos tres Guerras Civiles, el Golpe o Dictadura, o incluso mejor aun como se le conoció el Protectorado de Cromwell (Oliver Cromwell, Lord Protector durante el periodo de la República o interegnum), pero muy al estilo y formula propia de los Ingleses. Esta fórmula de controles Parlamentarios decayó gravemente durante el reinado de Jacobo II Estuardo, lo que llevo al parlamento a imponer a su sucesor Guillermo III de Organge (Esposo de la hija de Jacobo II y legitima Reina María Estuardo), una serie de condiciones conocidas como Bill of Rights, o mejor en castellano Declaración de Derechos o Carta de Derechos, en ella esencialmente el Parlamento obligaba a los nuevos Monarcas a restablecer plenamente una serie de derechos menoscabados o perdidos y esto se recogió esencialmente en seis puntos: “1) El Rey no puede crear o eliminar leyes o impuestos sin la aprobación del Parlamento. 2) El Rey no puede cobrar dinero para su uso personal, sin la aprobación del Parlamento. 3) Es ilegal reclutar y mantener un ejército en tiempos de paz, sin aprobación del Parlamento. 4) Las elecciones de los miembros del Parlamento deben ser libres. 5) Las palabras del Parlamento no pueden obstaculizarse o negarse en ningún otro lugar. 6) El Parlamento debe reunirse con frecuencia”. La aceptación de estas condiciones permitió a María y su esposo Guillermo Reinar y más aun aseguro que la Monarquía sobreviviera y sobreviva hoy día. Regresando a Francia, los autores de la Revolución perseguían un fin y lograron uno totalmente diferente, creando en ese proceso algo que todavía hoy día vemos como uno de los mejores capítulos de la historia reciente de la humanidad, con su Declaración de Derechos del Hombre, su primera Constitución y todas las demás creaciones constitucionales y legales de las que ya hablamos aquí y de las que hablaremos con posterioridad. Esta Revolución creo incluso el mecanismo del primer Golpe Parlamentario Moderno (Golpe del 18 Brumario), obra de un Napoleón Bonaparte que quiso apoderarse del Estado sin violentar la Ley y que logro tal fin, gracias a su audacia y a la ayuda de su hermano Luis Bonaparte y el “Abate de Sieyés” (prestigioso ideólogo de la Revolución Francesa). El caso de los Colonos Ingleses del Norte de América, habitantes y dirigentes de las colonias que se declararon independientes, es al igual que el de la Revolución Francesa, particular y especial, ya que quisieron cambiar su régimen de gobierno y su dependencia de un Monarca y al momento de redactar su primera y por cierto actual Constitución establecieron un principio de alternabilidad, previendo la elección periódica de sus autoridades bajo la tesis y la idea de que el poder no podía ejercerse en forma permanente por las mismas personas, ya que su percepción era y sigue siendo que el poder reside en el pueblo. Esa premisa surgía de la innegable aversión que a estos colonos les producía la figura del Rey (o mejor la monarquía en general) y evidentemente la decisión de no repetir el sistema monárquico de gobierno en su naciente república. Lo increíble de este componente constitucional, es que sus efectos y consecuencias se basaban más en la buena voluntad y honestidad de los ciudadanos que en los frenos legales o constitucionales. Más adelante cuando analicemos el caso Norte Americano en profundidad, veremos los efectos y consecuencias de esta fórmula, así como las correcciones que en el tiempo produjeron los habitantes del Norte de América. Otro ejemplo de cómo este principio se desarrollo lo constituyen las monarquías parlamentarias del siglo XX, las que como ejemplo de convivencia le permitieron subsistir a los monarcas como Jefes de Estado, algunos con poder real y otros solo como figuras decorativas, con un parlamento que se renovaba y reconstituía cada cierto tiempo, permitiendo la expresión de voluntad de las masas y su subsecuente satisfacción en el anhelo de auto gobernarse. En esta categoría podemos conseguir como ejemplos resaltantes las Monarquías Europeas: Inglaterra, España, Bélgica, Holanda, Dinamarca y otras en las que como factor común se visualiza un fuerte arraigo de los principios democráticos que conviven con una simpatía marcada por sus Casas Reales. También en Europa surgen modelos no monárquicos que mesclan el gobierno parlamentario con el presidencialismo y uno de ellos, para mí el más perfecto desde el punto de vista teórico, es el sistema Francés surgido de la llamada Quinta República, modelo que mezcla con una serie de contrapesos interesantes y bien estructurados el gobierno parlamentario con un Presidente Jefe de Estado que no pasa solo por ser una figura decorativa. Se hace necesario también mencionar las dictaduras constitucionales o las dictaduras con una supuesta base en la ley, estos gobiernos se definen por rasgos bien particulares y entre estos esta el declarase democráticos y decir que son la verdadera expresión del pueblo, constitucionalizando la dictadura y proscribiendo cualquier idea disidente o partido político distinto al gobernante. Ejemplo de esto hoy día son China, Corea del Norte y Cuba, donde el partido comunista es el único legalmente autorizado para funcionar y donde si bien se dan elecciones la posibilidad de disentir del partido único o de oponerse a él esta criminalizada en las leyes. A estos ejemplos podemos también agregar como remembranza histórica la extinta Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, la que bajo el gobierno de José Stalin, dio el mejor y más salvaje ejemplo que podamos tener al respecto. No son ajenos a este modelo las dictaduras militares o los denominados gobiernos dictatoriales liberales, allí podemos enmarcar dictaduras como la venezolana de los años 50 del siglo XX con el General Marcos Evangelista Perez Jiménez a la cabeza; o la del General Rafael Leónidas Trujillo (Chapita) en República Dominicana; la de los años 70 y 80 en Argentina con una Junta militar que se rotaba en la presidencia, con lo que supuestamente a ninguno se le podría acusar de eternizarse en el poder; o en esas mismas décadas el Gobierno del General Augusto Pinochet en Chile, cuyos detractores condenan por brutal y sus defensores todavía hoy día justifican y consideran la única vía y salida para la crisis social política y económica del Chile de los años 70. Y qué decir de los modelos Fascistas, como el de Benito Mussolini (El Duce), quien expresaba palabras más, palabras menos que dentro del Estado todo fuera del Estado nada, aparentando un apego absoluto a los principios y normas del Estado, las cuales todos debían acatar como fórmula de orden, saltándose solo un pequeño detalle, que el autor de las normas del Estado y por tanto quien definía la legalidad a ser cumplida era el dictador. Igual caso o similar ejemplo nos da la Alemania de los años 30 y 40, con un Adolfo Hitler a la cabeza y con un sistema político del gobierno, en el que nada se hacia fuera de la Ley, pero las leyes eran producto de una camarilla en el gobierno que lejos de verse controlados por ella la controlaban a su antojo, dando apariencia de legalidad a todos sus actos e incluso legalizando el gobierno de fuerza o la dictadura, basándola en una supuesta voluntad popular que la respaldaba. Ahora bien, todo este coloquio previo tiene una finalidad, quiere decir algo, este algo es simplemente que las sucesión o el cambio en el gobierno ha tenido y tiene muchos elementos a ser tomados en cuenta a la hora de realizar un concepto que pueda ser valido universalmente, aplicable a todos los sistemas democráticos actuales, diferenciándolos claramente de los regímenes Monárquicos y de las dictaduras de cualquier signo incluso las Constitucionales, sean de derecha, de centro o de izquierda. Un concepto que permita entender en forma sencilla lo que el término Alternabilidad encierra y que tanta importancia tiene para los sistemas democráticos actuales. Así las cosas, nos dedicamos a buscar conceptos que en forma histórica y en forma reciente pudiesen ilustrar y dar base a este trabajo, tratando de encontrar alguno que pudiera contener los elementos mínimos necesarios de expresión de lo que la alternabilidad es a la Democracia moderna; mi sorpresa fue grande al descubrir los baches existentes en la materia y el poco interés que el tema a suscitado en la mayoría de los países, con la excepción de solo 2 en Latinoamérica, los demás países dan por sentado que la alternabilidad es algo inherente a la democracia y producto de ella misma. Los países que de alguna manera han generado polémica sobre este asunto son Venezuela y Chile; Venezuela por la situación política de inestabilidad vivida desde el año 2002 y la formula actual producto de una enmienda a la constitución de 1999 mecanismo de reelección inmediata e indefinida, con lo que podría darse el caso de un gobierno y un presidente por periodos sucesivos que se conviertan en eternos y sin posibilidad de alternancia o cambio en las ideas y métodos de gobierno; y Chile en virtud de los más de 20 años de gobierno que tuvo la Concertación, los que incluso el arquitecto de esta misma fórmula política considero poco convenientes, ya que según su opinión, de no haberse dado paso a un gobierno de signo diferente a esta Concertación, el esquema democrático podría haberse agotado, dando paso a salidas poco convenientes, ya conocidas y poco apreciadas por los latinoamericanos que las han sufrido; este caso se desarrolla en vivo a la redacción de este trabajo y podemos decir que en las elecciones del 18 de enero de 2010, los partidos de la derecha Chilena han demostrado el valor del principio de Alternabilidad en la mente del votante, al darle la victoria a los partidos de derecha, conjurando así el riesgo del agotamiento de un sistema democrático por cansancio de sus destinatarios. Mientras que para América la alternabilidad está vinculada al cambio de la persona que gobierna, es decir a la posibilidad de su sustitución por medios democráticos, en el continente Europeo el concepto tiene una formula muy diferente y más o menos “plana”, ya que se ve claramente que para la democracia parlamentaria europea, la alternabilidad se basa en la democracia de partidos y la necesidad de que estos partidos existan y se alternen en el ejercicio del poder. Ambos continentes, basan sus conceptos en visiones segmentadas de la realidad, y para hablar de alternabilidad miran solo hacia dentro de sus sistemas, sin tomar en cuenta la realidad general. Es con toda esta información y luego de leer a los autores clásicos latinoamericanos y europeos en materia constitucional y de las ciencias políticas, que llegue a la conclusión de que quizás uno de los aportes a realizar en este trabajo seria tratar de construir un concepto de Alternabilidad distinto, con elementos que reúnan diferentes visiones; es por ello que tratare de establecerlo (quisiera dejar claro que existen muchos y muy variados conceptos sobre “Alternancia en el Gobierno”, pero que ninguno realmente me convenció, por lo que decidí producir uno propio). ¿Qué es la alternabilidad?, dentro de un sistema democrático entendemos por alternabilidad a: “La posibilidad de que las ideas, doctrinas y procedimientos en el ejercicio del poder y del gobierno sean sustituidas y renovadas por vía electoral en función de las necesidades y decisiones de los gobernados”. Dicho así, el concepto tendría que necesariamente ser explicado, por ello vamos a descomponerlo, a fragmentarlo, para poder dar la explicación de su contenido. En primer término, es una POSIBILIDAD, ¿Por qué una posibilidad?, el termino, la palabra en si encierra 3 acepciones, a nosotros nos interesa una sola de esas acepciones la que nos remite a una FACULTAD; efectivamente porque es la facultad, la potestad, el poder que se tiene para cambiar o para hacer permanecer. En Segundo Lugar se habla de “…las ideas, doctrinas y procedimientos vinculados al ejercicio del poder y del gobierno…”, aquí es donde está el núcleo o nodo central del concepto, ya que la necesidad de cambio en las personas y en el sistema está asociado directamente con las ideas y las doctrinas políticas y sociales que se aplican en un momento determinado en un país especifico. Es así como por ejemplo en los Estados Unidos de Norte América para el año 2008 se produjo un acalorado y extenso debate para definir el candidato Demócrata a las elecciones presidenciales, luego de una victoria muy importante de ese mismo partido en las elecciones parlamentarias; ese debate luego se tradujo en una carrera o pelea por la Casa Blanca entre Republicanos y Demócratas, con lo que dos visiones de USA, de su sociedad, de la forma de gobernar, dos visiones del mundo y de la política exterior de ese país, en cuanto a su participación en los conflictos de Irak, Afganistán y algunos piases de África, así como del plan Colombia y de la posición frente a Cuba; como es conocido de todos esta historia termino con la victoria electoral de Barak Obama, quien en términos de la política Norte Americana, represento un viraje en las ideas, doctrinas y procedimientos que hasta esa fecha ejecutaba el gobierno Republicano (conservador o de derecha) encabezado por George W. Bush. Este ejemplo nos permite ver como una sociedad tiene la posibilidad de decidir su camino su rumbo y para ello mediante un proceso electoral, elige Parlamentarios o Presidentes o cualquier otra autoridad que por esta vía deba renovarse. Es aquí donde entra en juego la frase: “…las ideas, doctrinas y procedimientos vinculados al ejercicio del poder y del gobierno…”, ya que es posibilidad de cambiar o de mantener las cosas como están, las ideas, las doctrinas y los procedimientos vinculados a la forma de gobernar son presentadas por los actores políticos en los regímenes democráticos en los periodos de campaña electoral, con lo que la población puede definir su preferencia hacia la continuidad y la permanencia de una forma de gobernar o puede apostar por el cambio, por nuevas ideas, por nuevas doctrinas que refresquen o que oxigenen el gobierno en ese momento particular. Di como ejemplo el de USA, ya que el pueblo Norteamericano ya dio un paso por cambiar cuando eligió una mayoría demócrata en el congreso en las elecciones de 2006, esto implico una voluntad de cambio en la mayoría de los ciudadanos, operando lo mismo en las elecciones Presidenciales de 2008, en las que como ya dije se eligió al candidato Demócrata Barak Obama, como una decisión democrática y soberana de los Norteamericanos. Existen ejemplos interesantes de esta voluntad de cambio o de permanencia de cómo se evalúan las políticas de gobierno, las ideas detrás de los partidos o de los gobernantes y son bien interesantes de mencionar. Uno que particularmente me llamo la atención fue la situación política Española durante la era de Felipe González, es la España Post-Franquista y la idea de que el Partido socialista Obrero Español gane unas elecciones es algo realmente descabellado para algunos y muy necesario para otros, lo que le da a esa situación un particular aire o atmósfera de posibilidad de elegir entre el cambio o la continuidad. El pueblo Español democráticamente eligió el cambio y el Partido Socialista Obrero Español junto a Felipe Gonzales comenzaron una era de cambio y modernización del estado Español que no relataremos en este trabajo, pero que se extendió desde 1982 y hasta 1996, año en el que el pueblo Español decidió cambiar y eligió una mayoría compuesta de partidos de derecha liderados por el Partido Popular (PP) y que gobernó desde 1994 y hasta 2004, año en el que la mayoría decidió cambiar las ideas y políticas de gobierno y regresar al esquema socialista del PSOE, lo que ratifico en las elecciones de 2007. Este rápido periplo por la política española nos permite ver continuidad y cambio, nos permite ver como el pueblo puede decidir, elegir, tiene “La posibilidad de que las ideas, doctrinas y procedimientos en el ejercicio del poder y del gobierno sean sustituidas y renovadas…” Ahora bien, de todos estos ejemplos de cambio y continuidad, hay algo que no queda claro y es el significado de los términos: ideas, doctrinas, procedimientos en el ejercicio del poder y por ultimo procedimientos en el ejercicio del Gobierno. ¿Qué son o que entendemos por ideas?, esta palabra es muy amplia en cuanto a su significado en el castellano. Para nosotros la acepción que nos interesa, las ideas a las que tratamos de referirnos en este concepto sobre alternabilidad es la de las convicciones, creencias y opiniones formulas estas que conforman una manera de hacer las cosas que es particular y que se diferencia de otras posturas dentro de la oferta democrática de un país. ¿Qué entendemos por Doctrinas? Este término también es amplio en cuanto a su significado en el castellano, por lo que lo circunscribiremos al Conjunto de ideas u opiniones filosóficas y políticas, sustentadas por una persona o grupo. ¿Qué entendemos por procedimientos en el ejercicio del poder? Esta fórmula encierra algo muy importante, ya que ejercer el poder para algunos es un arte y para otros la conjugación de una serie de pasos que metódica y científicamente se producen para utilizar correctamente las potestades o poderes entregados por el estado a sus gobernantes. Ejercer el poder aun y cuando se confunde con el gobernar es mucho más amplio, ya que las reglar del gobierno, no siempre se aplican ni limitan como tal el ejercicio del poder. Los mecanismos y formas de ejercer el poder implica sensibilidad social, oír a los gobernados, generar una acción que satisfaga no solo las necesidades materiales de la población, sino más aun sus necesidades y anhelos colectivos, como sociedad, como pueblo. Los procedimientos en el ejercicio del poder son pues formulas que algunas veces pasan por el clientelismo, otras por el populismo, en algunos momentos se asemejan al autoritarismo o al militarismo y cuando no se desvían como en todos los casos anteriores es la simple interpretación por parte de quien ejerce el poder de los deseos y necesidades de su población, algunos lo llaman en forma más simple la sintonía entre el gobernante y los gobernados. No daré ejemplos de las desviaciones, pero si tres que me parece interesante de la sintonía entre gobernante y gobernados, esos ejemplos en Latinoamérica son: Ricardo Froilán Lagos Escobar, Presidente de Chile entre 2000 y 2006, termino su presidencia con la más alta popularidad, de la que por cierto goza hoy día aun y con los problemas del Transantiago; Luis Ignacio Da Silva, Ex-Presidente de Brasil es otro ejemplo de esta sintonía que pese a las acusaciones de corrupción contra su partido mantuvo un alto nivel de popularidad al saber combinar una política económica liberal con programas sociales que sin ser populistas lo colocaron en sintonía con su pueblo; por ultimo esta Álvaro Uribe Vélez, Ex-Presidente de Colombia cuya reelección en Colombia ha sido una suerte de novedad para un país latinoamericano en el que sus presidentes competían por ser el menos apreciado por su pueblo al final de su gobierno, en este caso la alta popularidad del gobernante se baso en su política de seguridad, la que cuenta con apoyo de la población, pero además con una sintonía cada vez mayor entre sus actuaciones y los intereses de su población. ¿Qué entendemos por ejercicio del Gobierno? Es evidentemente Gobernar y ¿Qué es gobernar? Púes es dirigir a un país o colectividad, aquí el sentido es restringido y el Gobierno se ejerce en función de las potestades otorgadas en la constitución y las leyes, por lo que lejos de ser una actividad libre, es una actividad absolutamente reglada cuyo efecto depende solo de que el mandatario ejerza oportuna y eficientemente las potestades que le son otorgadas por el ordenamiento jurídico del Estado. Un Presidente o un Parlamento pueden ser malos gobernantes cuando por temor político o creencias erradas dejan de ejercer, ejercen a medias o mal emplean las potestades publicas que les fueron confiadas por vía del ordenamiento jurídico. Un ejemplo de la mala utilización de estas potestades es Hugo Rafael Chávez Frías, Presidente Venezolano desde 1999, quien forzando las potestades otorgadas y las leyes de su país, ha generado una suerte de Gobierno personalista y autoritario en el que su voluntad, apoyada por los órganos legislativo y judicial se convierte en una suerte de mandato supremo que no violenta las leyes pero si las interpreta a su manera y que ejerce las potestades, pero no para dar cumplimiento a la constitución y las leyes sino para poner el estado al servicio de una parcialidad política, su partido y su ideología. Otros ejemplos históricos, aberrantes y poco recomendables son los gobiernos de Hitler el Alemania, de Mussolini en Italia, de Castro en Cuba y por supuesto todos los gobiernos de la era Soviética, destacando en ellos el de José Stalin. Menciono estos gobiernos puesto que se supone que todos ellos están y estuvieron basados en un régimen normativo que atribuía las potestades ejercidas por sus Gobernantes, se que algunos de ellos son considerados dictaduras, pero aquí no haré análisis de esta circunstancia. Otros Gobiernos que son y han sido abiertamente dictatoriales, en los que se Gobierna por vía de facto son obviados aquí por la simple circunstancia de que sus actuaciones no se sujetan a norma u ordenamiento alguno más que el del capricho o voluntad del Gobernantes. La ultima parte del concepto es en mi criterio muy importante, no con esto quiero decir que lo anterior carezca de importancia, lo que pretendo es dar a esta su justo valor, ya que su peso en el contexto del concepto y de la vida de un país democrático realmente es alto. Esta ultima parte del concepto a explicar se refiere a: “…sustituidas y renovadas por vía electoral en función de las necesidades y decisiones de los gobernados.” Sustituir o renovar por vía electoral es algo que todos entendemos, sabemos que se refiere al uso de las urnas electorales, en las que se recoge la opinión de nuestro voto y en ellas se expresa a su vez, una opinión de cambio o de continuidad. Ahora bien, ¿porque si es algo que todos conocemos o entendemos con facilidad es tan importante explicarlo?, la respuesta está en que no puede existir, no puede haber alternabilidad si no es por vía democrática y electoral, es la expresión de la voluntad del pueblo, de una mayoría de votantes que hace realidad una decisión de cambio o continuidad y que le da a la alternabilidad su escancia de ser el mecanismo a través del que se exprese un pueblo sin violencia y sin grandes convulsiones. La voluntad del pueblo pues se convierte en el detonante de esta decisión de cambio, es el motor de la alternabilidad, motor democrático que solo opera a través del voto. Pero existe otra pregunta importante de contestar ¿siempre que se vota existe democracia y alternabilidad?, la respuesta es “no”, por eso debe aunarse el votar con una expresión real de la voluntad de los gobernados quienes se expresan en función de sus necesidades. Como ejemplo de sistemas electorales donde la voluntad de cambio se anula y la expresión en las urnas electorales no influye para nada en la conformación y acción de un gobierno tenemos a Cuba, país donde se vota, pero no existe más que un solo partido, solo una nomina de candidatos y solo se puede expresar una voluntad coincidente con la del grupo gobernante. ¿Qué posibilidad de alternancia en el poder puede tener un país con un partido único donde cualquier disidencia del pensamiento único es criminalizada y por tanto castigada con prisión?, en nuestra opinión ninguna, ya que el votar en un sistema de esta naturaleza, no constituye una toma de decisión en función de una necesidad de los gobernados, es simplemente un mero trámite para que quien gobierna afiance hacia afuera y en forma engañosa su hegemonía en el gobierno. En conclusión, la única posibilidad de cambio democrático está en la expresión de la voluntad de los gobernados quienes deciden cambiar o no las ideas, formas y políticas de gobierno, a través del cambio de sus autoridades, partidos gobernantes y presidentes siempre por vía electoral y por decisión mayoritaria. Es así como tendríamos que re-expresar la vieja frase de “a muerto el Rey, que viva el Rey”, ya que en democracia los cambios no provienen de la providencia divina ni de los derechos de sangre y menos aun puede provenir de los caprichos o actos de fuerza de aquellos que por alguna razón creen saber qué es lo que más conviene a su pueblo sin querer oír de él que opina al respecto. Así pues en la era actual, la nueva expresión seria: “a muerto el Rey ¿a quién elegiremos Rey en las próximas elecciones? A este respecto y como epilogo, quisiera traer a colación la opinión del Uruguayo Héctor Gros Espiell, quien sobre el tema de la Alternancia dijo: “La relación entre la existencia de elecciones libres, periódicas y sin fraude y la posibilidad real de alternancia en el mando es evidente. Sin elecciones periódicas, sin fraude, a las que puedan concurrir candidatos de todos los partidos políticos sin discriminación de ningún tipo, es imposible concebir una verdadera alternancia en el Gobierno, que tenga sentido en el Estado Democrático moderno.